Si, digo bien: cien mileuristas. Y con ello me refiero a ese montón de gente que cobra un sueldo de 100.000 euros al año… que, por cierto, son solamente poco más de 7.000 euros al mes (en 14 pagas)… y que dicho así ya parece menos, y aún quedan las retenciones de Hacienda, aunque vistos los sueldos ‘del españolito de a pie’, es un pastón.
Recuerdo una vieja teoría (de cuando aún hablábamos en pesetas) que decía que el ‘gap’ máximo salarial, en una empresa, debería moverse hasta la proporción de 1:4 , o 1:5 (sacando del cómputo algún puesto singular, claro)… que ya era una diferencia importante. Pero es que ahora...
… ahora me parece que hay muchos, excesivos, ‘puestos singulares’ de cien mil euracos al año y esto sin entrar en las grandes retribuciones a consejeros, directores generales, gerentes, etc. (que dicen que hay más de 7.000 personas que declaran sueldos superiores a 600.000 euros al año)… mientras que la dura realidad es que un tercio de los asalariados se declara mileurista (menos de 12.000 al año), y otro tercio cobra entre 12 y 24.000 euros al año.
Porque los cien mileuristas… son demasiados para no tener envidia de ellos, y forman la suficiente masa como para conformar ‘una apreciable elite’. Muchos puestos técnicos o comerciales de grandes empresas, periodistas, comunicadores… y desde luego, un gran cantidad de políticos (yo diría que la mayoría), desde simples concejales, por supuesto casi todos los diputados y senadores (entre ellos los podemitas) que se apuntan a ‘Comisiones’ hasta casi todos los políticos colocados en puestos de gobierno (secretario de comunicaciones, de análisis de la coyuntura, de relaciones con san Periquitín…).
Y esto lo acrececentamos aún más si hablamos de 'los ingresos familiares cienmileuristas' que, cuando trabajan ambos cónyuges, a poco que tengan un puesto razonablemente alto, o les coloque 'el partido'… seguro que se acercan, entre ambos, al ‘cienmileurismo’.
Y luego pasa lo que pasa, que este grupo de elite (que incluye gran parte de la clase dirigente) consideran razonable (por ejemplo) cascar una multa de 600 euros por pasar, sin ningún peligro, a 80 km/hora, una limitación (ridícula) de ir a 50… cuando es la mitad, o mas, del sueldo de un tercio de la población, o cuando es más que la pensión media de viudedad (530 euros al mes) … y poco más que la pensión media de jubilación (818 euros).
Por eso, los españolitos de a pie jugamos a la Bonoloto. Lo de ‘jugar a la bonoloto’ se ha convertido en un tópico genérico, yo, en realidad, juego a casi todo: Bonoloto, Primitiva. Gordo, Euromillón, Lotería… y se juega por la ilusión de que te toque uno de esos habituales pelotazos (el Bote) de 5, 10, 20, 50… millones de euros que te arreglarían la vida a ti, y a tu familia. Hasta el punto de que, personalmente, lo que menos me gusta es jugar a la clásica Lotería de Navidad, donde por 20 euros solo te pueden tocar, y como mucho una vez en la vida… unos ‘míseros’ 400.000 euros, o sea lo de cuatro cienmileuristas de mierda. O lo que gana Cristiano Ronaldo, en 1 hora, haciendo un spot de calzoncillos.
Yo todavía espero, con ilusión, mi ‘pelotazo’. Y mira, por lo menos hay una cosa que, todas las semanas, me produce una gran alegría: que la Diosa Fortuna llame a la puerta de alguien, desconocido, posiblemente mileurista… y le convierta, y a lo mejor solo por los intereses bancarios, y de la noche a la mañana, en un gran cienmileurista.
Y brindo, con intima sinceridad, por esas (pocas) personas a quienes toda la semanas la vida les da esta alegría.
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