Tales, el de Mileto, fue un filósofo, matemático, geómetra, físico, y hasta legislador, griego (aunque Mileto está hoy, en la costa turca) que vivió, por cierto cerca de 80 años (78), entre el siglo VII y el VI antes de Cristo.
Y Quilón, de Esparta, fue un gran magistrado espartano, también filósofo, y poeta, que también vivió 80 años (600 a 520 a.C). Ambos encabezan la lista de los Siete Sabios de Grecia...
Como esta es una de estas cosas que, misteriosamente, tengo memorizada, no resisto a la tentación de repetirlos: el resto eran... Solón de Atenas, Pítaco de Mitilene, Bias de Priene, Cleóbulo de Lindos y Periandro de Corinto. Parece mentira que esto lo aprendí yo hace más de 50 años… y se me ha quedado grabado, aunque lo use nada más que para pegarme, eventualmente, ‘un pequeño lujo’.
Pero, con todos mis respetos al Teorema de Tales, a las leyes que promulgó Quilón, o Solón, y a la madre que parió al resto de los Sabios de Grecia… puestos a hablar de filosofía, a mi me gusta más hablar de la doctrina filosófica (también griega) del hedonismo. Y del epicureismo.
El hedonismo (del griego ἡδονή (hēdonḗ), 'placer') identifica el bien con el placer. Es decir, que 'establece la satisfacción como fin superior y fundamento de la vida'. Y este soy yo: disfruto con la vida placentera, con los (pequeños) placeres de una buena comida, una buena copichuela, un bello atardecer, una buena música, un buen partido de fútbol (donde se gane de 5-0 para arriba, odio sufrir), un buen y relajado descanso, la intimidad de mis pensamientos y lucubraciones, el placer de ir quedándote dormido… y me parece que esto es bueno.
Parece ser que Arístipo de Cirene (435-350 a.C, mira que estos griegos sabían vivir… este murió con 85 tacos), discípulo de Sócrates, fue uno de los precursores del hedonismo: la idea básica (copio de la Wikipedia) de este cirineo es que “La felicidad consiste en el placer; a mayor placer, mayor felicidad. Y como el placer más intenso es el sensible, este es el que hay que perseguir. Dentro del placer sensible solo interesa el placer presente, sin que tengamos que preocuparnos por el futuro, ya que este es incierto. La σωφροσύνη (sofrosine),o sea, la prudencia, es la que debe guiarnos en la búsqueda del placer, para saber elegir el más adecuado; porque el hombre no debe ser dominado por el placer, sino que debe dominarlo" (por tanto, propugna una cierta atemperación del hedonismo... dentro de ser como la cigarra de la fábula)
Clarísimo: yo me apunto a este ‘hedonismo atemperado’.
Y luego tenemos a Epicuro de Samos (341-270 a.C, vaya, este solo vivió 71 años) que promovió el epicureismo, doctrina que entiende la vida feliz mediante la búsqueda inteligente de placeres, es decir, percibiendo la existencia tanto de placeres del cuerpo, como de placeres del alma, y que buscaba sobre todo “procurar el sosiego necesario para una vida feliz y placentera en la que los temores al destino, los dioses o la muerte quedaran definitivamente eliminados” Se ve que era un 'hedonista' más espiritual. A lo mejor por eso vivió menos...
Pero vamos, que también me puedo apuntar a ser epicúreo.
Y no se puede dejar de hablar de Síbaris (Σύβαρις), una colonia griega fundada en 720 a.C, que llegó a contar con 300.000 habitantes, situada en el golfo de Tarento (en la región de Calabria), en el 'tacón' de Italia, y que logró un cierto esplendor, siendo famosos sus habitantes, los sibaritas, ‘por su dedicación al lujo y a la vida reposada’.
Así que ser hedonista, epicúreo y sibarita (e quindi calabrese... ¿mi capisce...? ) debía haber sido la leche.
Modernamente se habla de 'ser un señorito', 'vivir como un marqués', ser un ‘bon vivant’, o un ‘gourmet’ (y/o ‘gourmand’), incluso de dedicarse a los placeres lúdicos (aunque, por cierto, el ‘ludismo’ es una corriente filosófica inglesa del siglo XIX, que tiende a rechazar los avances industriales y tecnológicos… buscando, más bien, ser o hacer ‘lo de siempre’) pero…
... pero no cabe duda de que la cultura de la Grecia clásica era infinitamente superior. Y, además de lo dicho… resulta que ni avances de la civilización, ni leches en vinagre… ¡Si parece ser que vivían tanto o más que ahora…!.
Así que, cuando me pongo a régimen, me encanta tomar (aunque desnatados)… yogures griegos.
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