miércoles, 14 de mayo de 2025

Neuroplasticidad

Lo he dicho muchas veces: a menudo mi cerebro ‘pesca’, durante mis duerme-velas mañaneros, y normalmente a través del ‘gusanillo’ de la radio, un concepto ‘potencialmente desarrollable’ y si en mi estado de ‘semidormido’ me empiezan a surgir ideas a borbotones, habitualmente, y sin ninguna pereza, para que no se me olvide, me levanto ‘a mi despachín’, garrapateo cuatro letras en un papel… y me vuelvo a la cama para seguir con mi sueño entrecortado. De este modo cuando, hacia las 10:30 u 11 de la mañana, enciendo el ordenador, me encuentro el recordatorio y, normalmente, me permite empezar a desarrollar una nueva ‘entrada’ para este Blog.

Así pasó, de nuevo, hoy. Y esta vez el concepto anotado fue muy simple: ‘neuroplasticidad’.
Tiro de ‘San Google’ para definirlo
: La neuroplasticidad es la «capacidad del cerebro para reestructurarse y reorganizarse a lo largo de la vida, modificando sus conexiones neuronales en respuesta a la experiencia, aprendizaje, estimulación sensorial o daño cerebral. Y es el proceso que permite que el cerebro se adapte y se ajuste para mejorar la función y responder a los cambios en el entorno».

¿Y por qué me interesó tanto el concepto…? Pues por una simple idea: porque esto de la ‘neuroplasticidad’ es una cualidad variable en las personas y, por lo que oí, ‘me llena de orgullo y satisfacción’ pensar que yo tengo una gran neuroplasticidad… y que esto es muy bueno.

Vamos, que en cierto modo mide la capacidad de poder adaptar las conexiones neuronales para ajustarse a los cambios en el entorno. Esto viene a ser (valga el ejemplo) como el tener más o menos facilidad para practicar deportes (cuando tienes que hacer deporte) que es claro que hay gente que tienen una gran coordinación neuro-muscular y les ves que enseguida pueden empezar a manejarse con una raqueta, un balón, unos patines, etc. Yo siempre fui de esos… y también recuerdo que, entre compañeros de juegos, había gente verdaderamente negada para el deporte. Unos ‘zotes’, vamos.

Lo del ejemplo del deporte, y el empleo del verbo en pasado, me viene pintiparado para entrar en el fondo de la cuestión: que es que lo de poseer una buena neuroplasticidad, siendo importante, adquiere particular importancia al llegar a la tercera edad, pues tu neuroplasticidad, naturalmente, es quien se encarga de mantener tu cerebro ‘en forma’ ocupándose, cuando las conexiones neuronales, con la edad, se van perdiendo, de lanzar y crear nuevas conexiones y sostener, así, una frescura mental para solventar las situaciones que se presenten. Por poner otro ejemplo ‘deportivo’: es el caso de mantener los reflejos (y automatismos) suficientes para, si resbalas, saber coordinarte en la caída… ‘y no romperte, a lo tonto, un brazo’. O la cadera, vamos...

Y es que, además (dicen 'los textos'), «la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer o el Parkinson, así como el deterioro leve del funcionamiento cognitivo, van acompañadas de una pérdida de esta ‘plasticidad cerebral’».

Me encanta pensar que yo tengo una gran neuroplasticidad. Y esto es así porque, según oí esta noche, muchas actividades que se recomiendan para ‘entrenar tu neuroplasticidad’ coinciden con las que, ‘motu proprio’, siempre me han interesado: hacer correr la imaginación, huir de las rutinas, escribir, consultar diccionarios para enriquecer el vocabulario, tener curiosidad por conocer el origen o el por qué de las cosas, hacer sudokus, ‘zapear’ en la TV (y engancharte a nuevos programas), investigar el funcionamiento de las cosas, estar abierto a nuevas experiencias gustativas, o sensibles, interesarse por los nuevos hitos o adelantos científicos, etc, etc.

Por supuesto, también estimula la neuroplasticidad el hacer deporte, el caminar (y mejor, cambiando rutas), el hacer taichi, etc. Y el relacionarte ‘creativamente’ con amigos, claro. Aquí yo fallo un poco, que reconozco que soy más de ‘ejercicio mental’ y de ‘soledad enriquecedora’...

En pocas palabras, que no solo hay que preocuparse de mantener un correcto (o perfecto…) estado de forma para tu ‘edad física’, sino que también hay que cuidarse de hacerlo respecto a la ‘edad mental’.

Así que, en resumen, podríamos decir que hay dos grandes arquetipos de personas mayores: los que palman por deterioro físico… y los que mueren (incluso en vida) por grave deterioro mental. Porque les falla la neuroplasticidad.

Yo creo que seré de los primeros, que palmaré con la cabeza 'bien amueblada'. Y la verdad, aunque sea dándote cuenta de las cosas, lo prefiero. O sea, conservando una buena plasticidad cerebral… en un cuerpo ya hecho unos zorros. A otros les pasará lo contrario. Pero bueno, al final, ‘toos calvos’, claro. Qué le vamos a hacer, ya Verdi lo trovaba en ‘la Forza del Destino’...

Así yo me iré a lo Carlos Gardel: O sea, cantando aquello de 
Adiós muchachos, compañeros de mi vida
Barra querida de aquellos tiempos...
Me toca a mí hoy emprender la retirada
Debo alejarme de mi buena muchachada

Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno
Contra el destino nadie la talla.
Se terminaron para mí todas las farras...
Mi cueeer_po enfee_rmo no resiii_te más.

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