El caso es que, mentalmente, con las idas y venidas, tengo un pequeño ‘jet lag’, y no acabo de estabilizar mis rutinas. Quizás por eso estoy escribiendo poco. Pero bueno, ya voy habituándome (la echaba de menos) a la ciudad. Y a zambullirme en la ‘nueva normalidad’… y en el modo de defenderse del coronavirus en las grandes urbes.
Porque, aunque en Asturias la incidencia es muy leve, yo soy de la opinión de que lo único que pasa es que aquí, las COVID ‘se están cocinando’ más lentamente que en otras provincias. Así que esta ‘nueva normalidad’ debe incluir una buena actitud para la autoprotección. Porque mucha gente (y los políticos) lo quieren arreglar con la solución fácil, la prohibición, aquello de que 'muerto el perro… se acabó la rabia': los ejemplos son claros: “confínese”. O… “que se cierren bares y restaurantes”.
Y no es eso, porque resulta que ‘el perro es el mejor amigo del hombre’, y hay que cuidarle, porque además, los bares y restaurantes mueven bastante economía… y no poca salud mental del paisanaje. Así que lo que hay que hacer es actuar con sentido común… y si, por ejemplo, ves que un bar está muy lleno de gente… pues no entres, o vete a otro.
Y qué decir del tema de las mascarillas. Yo es que no entiendo como la gente es tan inculta que, si en la calle van con mascarilla (aunque haya poca gente alrededor)… es que es entrar en un bar y quitársela, y estar sin ella, como si la barra, o cada mesa del bar, fuesen maravillosas cámaras de aislamiento…
Así que la receta para la ‘nueva normalidad’ es muy clara: civismo, cultura, y sentido común. Y eso que se está llamando ‘vivir en tu burbuja’, es decir, procurar relacionarte con un grupo poco numeroso de personas, y evitar las grandes aglomeraciones sociales.
En cuanto a la ‘nueva normalidad’ socio-política… pues, desgraciadamente, me temo que nos van a obligar a tragar muchas cosas...
Por ejemplo, ver a un presidente de gobierno dándose autobombo, con 'shows’ (en 'sus' televisiones) hasta con pianista. Esperemos que el siguiente paso no sea salir a camelar a los borregos con el Trío Lalalá, las Mamachicho, o las brasileras del Cacao Maravillao que animaban a la audiencia, hace años, en los programas de Telecinco.
O tratar de acostumbrarnos a oir que defender a nuestro Rey es tensionar, y denostarlo, libertad de expresión. O que no conviene que el Rey de España viaje a Cataluña (ni, supongo, al Pais Vasco). O que si telefonea privadamente a alguien… se le recomiende que quede calladito, y ‘neutral’. Y todo eso, dicho por gente que juraron o prometieron, hace menos de un año, fidelidad al Rey, y defender y hacer defender nuestra Constitución.
O ver que hay dos ministros que son pareja, otro ministro que lo es de la presidenta del Congreso, que muchos (¡De los 22...!) 'ni están, ni se les espera'..., que la 'primera dama' es la jefona del Africa Center del Instituto de Empresa... y no la conocen por esos pagos, que se toman estupendas vacaciones, con cargo al contribuyente, en medio de un recrecimiento de la pandemia, etc, etc.
Respecto a las grandes decisiones de gobierno, nos quieren obligar a decir Amen a que el gobierno, al tener una todopoderosa mayoría, tiene derecho a mandar en todo, y por tanto, derecho a cambiar las leyes para poder elegir y nombrar, sin el consenso que especifica la propia Constitución, a los miembros del Consejo General del Poder Judicial... aunque el Poder Judicial sea uno de los pilares de la democrática 'separacion de poderes'. O, puestos a ello, que se pase de sentarte en el consejo de ministros a presidir la Fiscalía general, para, así... 'unificar criterios'. O, por supuesto, 'retorcer' las sentencias y amnistiar a su antojo.
O poder ‘simplificar las prevenciones y condicionantes’ hasta ahora vigentes en la Administración Pública, para repartir más rápidamente el gran dineral, esos 170 mil millones de euros (más de 28 Billones, con B de burrada, de pesetas) que, al parecer, se espera que vuelque la Unión Europea en España para ayudarnos salir de la crisis económica en la que estamos (y estaremos) atrapados. O sea, como en Andalucía, para poder repartirlos con más ‘facilidades legales’, entre sus amiguetes.
O hacer lo que les venga en gana, claro, que para eso mandan...
En resumen… que conviene que nos preparemos para la ‘Nueva Normalidad’ que se cierne sobre nosotros, porque la aparición de una vacuna, para frenar al coronavirus, y de unas elecciones y un nuevo gobierno… para asegurar un futuro tranquilizador a los españolitos de ‘con al menos dos dedos de frente’… me parece que se va a retrasar bastante.
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