Hace seis semanas que se celebraron Elecciones Generales en España. Y hace dos, las Autonómicas y las Municipales. Al contrario que otras veces, en las que, de inmediato, vertía rápidamente mis primeras impresiones en este Blog, ésta vez lo dejé para más adelante. Posiblemente es que todos pensamos que, tras las Generales, íbamos a entrar en un 'impasse' porque nadie querría 'mover ficha' hasta no aclararse todo el panorama político.
Como así ha sido. Porque solo ahora, y sin la menor prisa, se están empezando a mover (públicamente) los partidos políticos y, de momento, la probable investidura del socialista Pedro Sánchez se prevé que sea a mediados del mes de julio. O sea, casi tres meses después de ser elegido como candidato más votado... y a escasos 15 días de empezar las vacaciones. En resumen, que España estará con un gobierno 'en funciones' (o de vacaciones, o dentro de los días que se conceden, habitualmente, como 'de respeto'), durante medio año. Medio año en el que Pedro Sánchez podrá disfrutar, sin mayores problemas, del puesto. Qué más quiere su enorme 'ego'. Y los españolitos, entretanto, a pensar sobre lo que se nos viene encima.
Bueno, al menos los españolitos que, como yo, nos interesamos por los efectos de la democracia, y de las votaciones. ¡Ay... -lo he pensado alguna vez- cuándo llegará el momento en que se exija un carnet de votante (que haya que aprobar, claro, demostrando un mínimo de cultura política) para poder validar que tu voto pueda afectar al futuro de tus conciudadanos...!
Y, a la vista de lo que está pasando, lo primero que me viene 'in mente' es que no se a qué está jugando Ciudadanos (C's). Bueno si, pienso que actúa, desde dentro del sistema, como tratando de romper los esquemas tradicionales, dinamitando la España nacida del postfranquismo. Como un caballo de Troya, vamos.
Me explico: en España tenemos una derecha tradicional (y, por dejarlo claro, NO ultra, NI facha, como se la quiere calificar), un centro-derecha (el PP), que incluiría a los típicos conservadores democristianos y a una amplia facción de los liberales, una (teórica) izquierda tradicional (el PSOE) y una izquierda radical antisistema (Podemos). Y, además, partidos nacionalistas, algunos regionalistas, los ecologistas, etc. Pero lo cierto en que el PSOE, de Pedro Sánchez, está muy escorado hacia la radicalización y el frentismo, de ahí que haya crecido 'robando' votos a Podemos y a los extremistas de izquierda.
En estas condiciones, el nicho 'natural' de C's sería el centro-izquierda, o socio-liberales. Debería nutrirse de los yacimientos de votos de la socialdemocracia (disputándoselos al PSOE) y de los liberales con ideas más 'progretas' que votasen al PP. Pero no: en estas elecciones se ha escorado, clarísimamente, hacia la derecha, para disputarle los votos al PP, y ha abandonado el frente a su izquierda. Es más, se ha hartado de decir, públicamente, que con Pedro Sánchez... ni agua.
Primera consecuencia, que a la derecha del PSOE se ha fraccionado el voto... y la Ley d'Hont ha dictado sentencia en las circunscripciones pequeñas, favoreciendo al nucleo socialista.
Segunda consecuencia... que la diferencia de votos no es significativa, y un tripartito (que no 'trifachito' como lo tachan) de la derecha aún podría gobernar en muchos sitios... con la condición de llegar a un programa pactado entre esas partes.
Pero aquí viene el gran problema: que C's se niega ¡Hasta a sentarse...! con VOX, a quien tachan, y tratan, como partido de 'extrema derecha'. Pero, eso si, piden que acepten el 'trágala' y que les voten ¿por la cara? para poder alcanzar las necesarias mayorías. Poco serio ¿no? Pues atención con la segunda parte, porque 'donde dije digo quise decir diego', y ahora están queriendo poner los cuernos al PP, que acepta sentarse a hablar con VOX, e intentan pactar con el PSOE para conseguir cotas de poder 'sin la derecha'.
Pero es que estoy seguro de que, si llegan a un acuerdo de gobierno con el PSOE, acabarán a palos y será otra experiencia fallida, como, de hecho, ya ocurrió en una anterior legislatura... que terminó en un adelanto de las elecciones (que, recuerdo, volvió a ganar Rajoy, al que posteriormente Pedro Sánchez echó vergonzantemente (por la actuación de Rajoy) a través de la conocida moción de censura apoyado (no menos vergonzantemente) por podemitas, nacionalistas y ex-etarras).
Y es que hay algo que tengo en la mente, y que ya dije arriba: que Ciudadanos (C's) es un caballo de Troya introducido (o dirigido) por poderes fácticos, para desestabilizar a la España emergida del postfranquismo.
¿Cuales...? pues ya expuse, hace mucho, de mi teoría de las Pirámides Sociales, que hay, detrás, una 'Superclase Dirigente'... y en estas estamos. A ver... Manuel Valls, socio en Cataluña, está muy relacionado con el presidente francés Macron, del que se dice que tiene detrás la fracmasonería. Luis Garicano, nº1 de Ciudadanos en Europa, y lider económico del partido, es el protegido del magnate George Soros, que es, presumiblemente, el mayor 'influencer' económico actual del mundo (por encima de los Rockefeller, Morgan, etc). Y Google esta lleno de referencias sobre el interés de Soros de desmembrar España. El Club Bildemberg también anda por medio, e invita a Inés Arrimadas (y a Casado) para seguir potenciando el cordón sanitario a VOX. Algunos dirigentes de C's que son, claramente, refractarios al pacto de derechas, crean nexos con socialistas, nacionalistas y federalistas para convertir a España en reinos de Taifas...
Lo dicho, que me estoy alargando: aquí hay un caballo de Troya. Y a ver a donde vamos a parar. Posiblemente a otras elecciones anticipadas... con estos pelos... y la casa aún sin barrer.
Francamente, para mi, el camino para volver a lo normal, sin populismos, frentismos, feminazismos, y todos estos etceterismos, en muy claro: los españoles 'normales' debemos estar integrados en tres grandes ideologías: la derecha, el centro liberal y la socialdemocracia. Que no deben ser radicales, y además deben respetarse entre si. Y el que no... a partidos marginales. Y, naturalmente, los nacionalistas que reniegan de España... fuera del Congreso de Diputados.
Y este si que sería un buen 'Caballo de Troya', que me encantaría poder introducir para tirar abajo la deriva actual de la política española.
Bueno, el mío sería una yegua, porque le pondría un nombre femenino: Concordia.
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