martes, 23 de octubre de 2018

Adivina quién viene esta noche...

Este era el título de una película de Stanley Kramer, protagonizada por Sidney Poitier, que hacía de novio negro de la hija de un matrimonio muy clasista que interpretaban, como siempre, espléndidamente, Spencer Tracy y Katharine Hepburn (oscarizada por este filme), y que en su día fue muy famosa.

Y el título me vino a la mente en cuanto recibí noticias de la cena de antiguos alumnos de los jesuitas que, bajo el título de ‘Sonría, por favor’, comentaba el otro día. Porque, de acuerdo a mi petición, me mandaron las fotos de los asistentes y…

… y, caramba, vaya ‘shock’, ver compañeros de colegio, ahora con 75 años, cuando a algunos les había conocido con 9 años, y desde luego a todos antes de los 16… Vamos, que a muchos estoy seguro de que los veo por la calle y ni puñetera idea de quienes son.

Bueno, a algunos, quizás porque en el cole, que entonces las clases eran más masivas, no nos tratábamos todos con todos. Pero con otros, en cambio, como Miguel Marañón, ‘Hugo’ Barcaiztegui, Jose Manuel Castell, Alfonso Mújica, Perico Echeverría, Juan Mari Almandoz, Felix Maturana, Jaime Oliver, Josetxu Pons, Roberto Diaz… que si que conviví más, incluso en deportes, o de guateques, o algún posterior contacto… es entrañable verlos ahora, con al menos 60 años más. Y todavía echo en falta a algunos, no se, Angel Gómez, Manolo Arrúe, Pachi Cuberta, Azcoaga, Ferrando, Elósegui, Irure, … connio, si incluso el famosísimo Juan Mari Arzak fue compañero nuestro en 5º y 6º de bachiller.

Total que no he podido resistir la tentación de hacer una especie de ‘orla’ de carrozones, e incluso incluirme en ella, para ‘inmortalizarla’ en este Blog… 


y, por cierto, esta otra foto que añado es de 1952, de mi primer año del colegio (en aquel momento, aún no había cumplido los 9 años). Cuatro estamos en la ‘orla’ de arriba…
(pero, como apunte al margen… ¿verdad que parecemos ‘bastante más adultos’ que los niños de 8-9 años de hoy?)

Por estas fechas, también, había recibido una invitación para asistir, en Madrid, a las Bodas de Oro de mi promoción (la 112) de la E.T.S. de Ingenieros Industriales de Madrid. Invitación que decline porque, después de todo, yo solo había ido a Madrid (cuestión de noviazgos…) a acabar la carrera y, aunque al final hice allí el curso Cuarto, y el 1º de Quinto, el 2º de Quinto, el 3º de Quinto… e incluso prorrogué mi estancia por tener pendiente la Mili, en verano, entonces yo ya trabajaba en Bedaux Española y apenas iba por la Escuela. Total, que no conozco a nadie de la Orla oficial, bueno, el único a José Eulogio Gárate, que estudiabamos en Bilbao (incluso jugué algún partidillo con él) y justo fichó por el Atlético de Madrid y marchamos juntos ‘a la capital’.

Hombre, sobre esta fiesta, pensaba que iba a recibir una foto de los asistentes (para seguir con la idea de lo de ‘Adivina quien viene esta noche’) pero lo único que recibí fue una foto de la placa conmemorativa (que pedí, para tener un recuerdo) y un texto, muy chabacano, de las ‘Fiestas del Borrego’ que celebrábamos los estudiantes creo que cuando pasábamos ‘el Ecuador’, pero que, en la perspectiva de edad, y madurez, actual, me pareció pues eso… chabacano e inapropiado. Ay, menudos ingenieros... si aún hace gracia estas cosas de desmadre estudiantil...

Pero ya acabo que, como siempre, me enrollo como las persianas. Y con un anécdota, al hilo, también, del título de la entrada. Estaba yo en Madrid, hacia 1970, en la cafetería Santander, que está, o estaba, en los Boulevares, junto a Alonso Martinez. Al lado mío había una persona, nos miramos… ‘yo te conozco de algo... yo también, pero no caigo...A ver, ¿de Bilbao? ¿De San Sebastián? ¿Tu vas por Asturias…? ¿De aquí, de Madrid… de la Escuela de Ingenieros…?

A final… resulta que era un compañero de mili, hacía unos pocos meses, en verano, habíamos estado en La Granja (de San Ildefonso) haciendo las Milicias Universitarias, en la misma Batería (yo la hice por Artillería de Campaña), y el próximo verano nos volveríamos a encontrar alli. Claro, como solo nos veíamos de ‘caqui’, o ‘de bonito’, o haciendo instrucción en ‘el Llano Amarillo’… no nos identificábamos ‘de paisano’.

Y es que este es el corolario: que hay muchas cosas que pasan por tu vida, que te llenan, incluso, una época y luego, bajo otros prismas… ‘adivina quien viene esta noche’ 

(Por cierto… el final de esa película me parece muy politicamente correcto pero, si se casan… ¿pensaron en su descendencia y en las leyes de Mendel? Porque, en las siguientes generaciones, un nieto negro, casado con una negra, podrían llegar a tener un hijo blanco, y una nieta blanca, con un marido blanco, podrían tener un hijo negro. Lo cual no me cabe duda de que daría origen a algún conflicto familiar… que sufrirían, sin comerlo ni beberlo, sus descendientes)

Y finalizo, ya, con otro ‘por cierto’: me mosquea un poco el ver que, desde que cumplí los 75, no hago más que pensar en mi pasado. No puede ser, esto me da un poco de ‘malage’, tengo que borrar la atracción de pensar en los tiempos pasados y potenciar el pensar en el futuro… que es lo que enriquece el espíritu, y perfecciona.
Debo recordar siempre este viejo proverbio indú: 
'La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza'

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