martes, 6 de junio de 2017

Ya está bien...

Sigue coleando la Ley de Memoria Histórica. Ya comenté, en su día, sobre los nuevos nombres de las calles de Oviedo (y de tantas otras ciudades), que hace pensar, claramente, que las propuestas demuestran demasiado a menudo no ya sectarismo, sino también completa burrez histórica, confundiendo personajes, fechas, etc, etc.

Este sectarismo ha llegado ahora a pedir que se exhumen los restos de Franco y que se saquen del Valle de los Caidos. Y hombre, ya está bien, dejemos en paz a los muertos. Vale, aceptaría, y me parecería perfecto, que los restos de Franco no ocupasen un lugar prominente, en dicha Basílica (donde están podría ubicarse un monumento a todos los muertos de la guerra civil) pero que se dejen en paz, como la de tantos otros fallecidos.

¡Es que Franco era un dictador…! ¡Es que el gobierno franquista era un gobierno ilegítimo…! ¡Es que asesinó a muchos españoles….! Son los argumentos típicos. A ver, también hay muchos asesinatos ‘en el otro lado’ (y en lo que a mi respecta podría contar más de una historia)… pero no es el caso, es agua pasada, de hace 80 años, y punto.

Lo que más me solivianta de la puñetera Ley de Memoria Histórica, que en mala hora han sacado… es que parece que solo se refiere al periodo 1936-1940 y está hecho con el único objetivo de activar el frentismo en la sociedad española… o para activar un acuerdo unánime, entre los españoles, de que lo único malo, malísimo... era el franquismo. Y, siendo ecuánime, hay dos periodos que también deberían considerarse:

En primer lugar, la guerra civil y sus prolegómenos. Porque ahora resulta que los historiadores sacan a la luz el pucherazo de ‘las izquierdas’ en las elecciones del 36… de donde se podría deducir que el gobierno de la II República… era el ilegítimo. Y que, además, no se debe olvidar, ni denunciar, la represión, perfectamente documentada, propiciada por esas izquierdas revolucionarias en ese negro periodo: asesinatos de religiosos y quema de conventos, persecuciones ideológicas, ‘terrorismo’ parlamentario, asesinato del diputado Jose Calvo Sotelo por ‘fuerzas de seguridad del estado’, al parecer con la connivencia de sus jefes (Indalecio Prieto) socialistas, los desmanes de las checas, Paracuellos, etc, etc. O sea, la ‘Memoria Histórica de los ‘nacionales’

Y en segundo lugar, y esto ‘para apuntar en el Haber’, el periodo que va de 1950 hasta la muerte de Franco (en 1975). Porque resulta que, concluida la 2ª guerra mundial (sin haber participado, salvo en el tema anticomunista de la División Azul) los españolitos partíamos de cero en un pais arruinado por nuestra guerra civil, y la guerra mundial… y salimos adelante. Incluso había un eslogan, eso de ‘25 años de Paz’, y tal. El esfuerzo de los ‘franquistas’, un buen sistema educativo, la formación profesional (Universidad Laboral de Gijón, escuelas de Maestría Industrial y FP…), la iniciativa privada... fueron haciendo posible el llamado ‘Milagro Español’. España se fue transformando de pais rural, y primario, en potencia industrial. La gente, durante la época de Franco, medró y prosperó.

Lo dije en otra entrada, los españoles, en los 70, gozábamos de un hermosísimo patrimonio nacional, sin deudas, con florecientes empresas, con Cajas de Ahorro perfectamente adaptadas a las necesidades del pueblo llano de entonces, con un buen Sistema de Salud, y de Pensiones, pleno empleo, un gran sistema público/privado de enseñanza, con unos valores morales, y de civismo público, muy consolidados, siendo un pais muy atractivo para muchos miillones de turistas de todo el mundo… todo eso debe estar en el Haber de la historia del franquismo… y también hay que incluirlo en la Memoria Histórica, caramba.

Y quisiera yo hurgar en la memoria de muchos ‘progretas’ de ahora, para saber ‘lo adictos al régimen’ que eran sus padres. O ver quienes eran, y donde están, los miles de personas que acudían a aplaudir a Franco en Barcelona, en Bilbao, o en la Semana Grande donostiarra… como saber también donde están ahora los millones de españolitos de cualquier edad, que aclamaban a Franco en la Plaza de Oriente, o que desfilaron delante de su tumba cuando murió, en la cama, en 1975.

O simplemente, repasar con estos progretas antifranquistas de nuevo cuño, que enarbolan banderas republicanas (por cierto… de banderas representativas de la II República, la del Frente Popular), y que intentan reorientar espuriamente la opinión pública española, los conceptos claves de la pacífica Transición española, y de la palabra de moda de entonces: ‘Concordia’. Y también, por cierto, repasar los conceptos clave sobre valores éticos, educación cívica... y el concepto de familia.

Porque eso de venir ahora, ‘a toro pasado’, a ponerse medallas antifranquistas y, lo que es peor, a querer revivir el ‘frentepopulismo’ para ¿querer ganar una guerra perdida hace 80 años? ¿Obtener algún rédito económico, o de notoriedad? ¿la erótica de ponerse, aunque sea ahora, la medallita de ser antifranquista?
Oye, no... y meteros en la cabeza eso de que agua pasada no mueve molino y, puñetas…  vamos a dejarnos de historias y dedicarnos a mirar para adelante, y a sumar.

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