miércoles, 27 de julio de 2016

La Memoria Histórica

Ya estoy disfrutando de mis largas vacaciones estivales, y por lo tanto en periodo de ‘stand bye’ donde los pensamientos quedan envueltos en la red cotidiana de los ¿hará día de playa…? ¿damos un paseo por el campo? ¡oye, ponme otro gin-tonic…! y es difícil centrarse.
Además, ayuda poco el cabreo nacional (comidilla diaria en las tertulias) con los politicuchos que no permiten que el ganador de unas elecciones (sin mayoría absoluta) pueda formar gobierno, en un ‘postureo’ infantil sobre quien hace más oposición… que a lo único que va a conducir es que cada vez les vote menos gente. Sobre todo si esa ‘gente’ deja de lado la visceralidad de sus razonamientos.

Pero aparte de esto, la ‘serpiente de verano’ de este 2016 es la Ley de Memoria Histórica. Y los ayuntamientos de izquierdas quieren cambiar los nombres de calles y plazas para borrar todo vestigio de los vencedores de la guerra civil española… 80 años después de haberse declarado. Aunque no lo defino bien: 'serpiente de verano' es una noticia que se saca cuando hay pocas noticias... y luego desaparece. Pero lo de la Memoria Histórica no va desaparecer... y nos va a enmierdar cada vez más.

Y hay varios aspectos a considerar: uno, que más que memoria histórica lo que se pretende hacer es una censura de la historia: las cosas fueron como fueron, la Historia las tiene que reflejar, y punto. Eso de que ahora te quito a ti para ponerme yo solo tiene un sentido: el de ir por el revanchismo a una nueva dictadura de ideas. La ley del péndulo, vamos.

Así que el siguiente aspecto a considerar es el de la Concordia, de la que tanto se habló en los inicios de ‘la democracia’. Pero… ¿Es que la gente no entiende lo de las conjunciones copulativas, y las disyuntivas, que alguna vez he mencionado en este Blog? Es que más que lo disyuntivo de pensar ‘o esto... o lo otro’, es muchísimo mejor tener la amplitud de miras de admitir ‘esto... y lo otro’. Y así no hay problemas, caramba.

En mi pueblo, Llanes, se está discutiendo sobre arrancar una placa de la iglesia que relaciona a los ‘Caidos por Dios y por La Patria’ de la zona. Caramba, pues no se quite, póngase otra enfrente, de ‘Caidos por la República Española’, y santas pascuas. Por cierto, en el cementerio ya hay dos mausoleos, uno de cada bando, cada ciudadano pondrá flores donde mejor represente a sus familiares muertos en la guerra… y tutti contenti.

Y sobre los nombres de las calles, pues lo mismo: caramba, que hay calles para todos, dejen de tocar las narices a los vecinos de una calle, que tendrán sus escrituras, sus tarjetas de visita, su carnets, etc con el nombre ‘de siempre’, que no hace daño a nadie (y no digo nada si hay alguna empresa, que tenga que cambiar todos sus membretes de cartas, sobres, tarjetas, facturas…) por la gracia de un alcalde borrego y revanchista.

Claro que, para borregos, los de Oviedo. Por ejemplo, quieren borrar del callejero la Avenida de Calvo Sotelo… porque aunque era anterior a Franco, le consideran un 'protomártir del franquismo'.

Y hay, junto a la Catedral, un paraje muy bonito que se llama el ‘Jardín de los Reyes Caudillos’, y que está enmarcado por grandes estatuas, o bustos, de todos los reyes asturianos de la Reconquista, Pelayo, Favila, los Alfonsos, Fruela, Ramiro, Aurelio, Silo, Mauregato, Bermudo, Ordoño….

Bueno, pues quieren cambiarlo de nombre, porque eso de ‘caudillos’ suena a franquismo. Connio, en una de estas no nos van a permitir, por ejemplo, hablar con franqueza, o usar francos suizos, o ceder paso franco a la autoridad competente. Y hasta podrían eliminar las franquicias… 

Porque, burros, caudillo viene del latín ‘capitellum’, que a su vez es una forma, en diminutivo, de caput-capitis, cabeza. O sea, literalmente, ‘cabecilla’. Que fué de lo que ejercieron aquellos reyes caudillos en la viejas luchas contra los agarenos.

En fin, acabo ya, que estamos en lo de siempre: es ser disyuntivos, en propiciar el frentismo, como deporte nacional.
¡A ver cuando somos más copulativos, cojona…!

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