Todavía está coleando la polémica nacional por la monumental pitada que aficionados catalanes, y vascos, propinaron a nuestro himno nacional, y a nuestro monarca constitucional, en la pasada final de la Copa del Rey, y que parece ser, llegó a los 119 decibelios (120 es el valor típico del motor de un avión, en la pista). Y para mayor INRI los medios de comunicación siguen aireando el asunto engordando, cada vez más, la noticia.
Es fácilmente entendible que fue proferida con inmensa rabia y odio… aunque también con absoluta ineducación e incultura, porque vi imágenes por TV de niños de 12-14 años pasándoselo 'pipa' con silbatos en la boca. Pero la discusión se centra, sobre todo, en si estos pitidos (que, aparte de ultraje a los principales símbolos nacionales, fueron un insulto a todos los españoles), deben estar plena y ejemplarmente sujetos a una penalización… o solo son un simple acto al amparo de la libertad de expresión, como insistentemente argumentan algunos.
Para mi hay discusión posible, caramba, esto es una vergüenza nacional, es algo sencillamente inadmisible en cualquier pais… menos en nuestra España, donde la democracia mal entendida, los intereses políticos de los -llamados- secesionistas, la falta de coraje de nuestros dirigentes, y la falta de educación cívica de muchos ciudadanos, nos llevan a ser el hazmerreír del mundo. Y que piensen que estamos locos. En extremo, a mi puede no gustarme Zimbabwe, pero no se me ocurre ponerme a pitar, en un evento que organice ese propio pais, ni a su himno ni a su Jefe de Estado.
Y además al día siguiente presencié, en un programa deportivo, otro espectáculo inenarrable: a propósito de que un 'paparazzo' había pescado a Cristiano Ronaldo, en Saint Tropez, 'aliviándose' en la calle, detrás de un coche, aquellos (periodistas) catalanes que amparaban los pitidos tras la 'libertad de expresión'… ponían a parir al ídolo madridista por su acto. Y digo yo… ¿percibirían diferencias entre la 'libertad de expresión'… y la 'libertad de micción'?
Pero volviendo al asunto: ahora los políticos (que no supieron cortar a tiempo los desmanes de los separatistas… ni suspender el partido) están valorando cómo sancionar: que si poniendo una multa a los Clubs, por el comportamiento de sus aficiones, que si sancionando a la Federación Española, que fue, al fin y al cabo, quien organizó el evento, que si llegando a la identificación personal (con fotos) de los 'chifladores', para llevarlos uno a uno al juzgado, acusados de ultraje…
Y así estarán hasta
que se diluya el asunto, para al final no hacer nada… hasta la
siguiente ocasión.
Tonterías. La solución es muy clara: ¿no se ha demostrado que una parte importante del público ha actuado muy, pero que muy inadecuadamente, sin el menor respeto a principios constitucionales básicos del pais, insultando con su actitud al resto de los españoles? ¿Y que los directivos de ambos club (e incluso los poderes autonómicos) actuaron muy tibiamente, no oponiéndose claramente a los hechos que se anunciaban (vamos, que hasta hubo organizaciones regalando silbatos)?
Pues entonces la Federación Española de Futbol tiene que sacar una nota diciendo algo así como:
'Constatado la
importante falta de respeto de muchos asistentes a la final de la
Copa de S.M el Rey de España tanto a su Patrocinador, como al Himno
Español, y siendo estos asistentes socios o aficionados de ambos
Clubs, esta Federación toma la decisión de rechazar la participación de ambos
Clubs en la Competición de la Copa de S.M el Rey de España de las
próximas tres temporadas'.
Y asunto resuelto. Entonces, claro está, se elevarán voces, incluso muy autorizadas, defendiendo que no se puede castigar a los aficionados que no hayan silbado al Himno y al Rey de España, que la masa social de los Clubs es muy grande, etc, etc.
Pero esto son pamplinas. El concepto de 'daños colaterales', que mencionaba en el título, es muy claro: bueno, no es más que un eufemismo para 'justificar' daños injustos. Proviene de la terminología militar, donde se usa mucho para justificar, tras el fragor de una batalla, las muertes de inocentes, las bajas por 'fuego amigo', etc, etc.
Y no hace falta referirnos a los militares, en realidad el concepto de 'daños colaterales' está muy asumido en todo orden de cosas.
¿Algunos ejemplos...? en la democracia… ¿que
es, sino daño colateral, el incumplir parte de los compromisos
electorales por pactar con otra formación política? ¿o el legislar
(o NO legislar) para el interés de unos pocos? ¿y los daños
colaterales que produce una huelga de transporte, o de sanidad, o de
limpieza? ¿Y la subida del IVA, en artículos de primera necesidad?
¿y la congelación de todos los salarios? ¿Y las subvenciones a las
'eléctricas' para promover energías alternativas… a precios
desorbitados?
Así que es claro: ¿que los aficionados no se comportan con el exigible respeto? Pues puerta, y a otra cosa. Y dentro de tres años, volvemos a hablar.
Y sus 'daños colaterales', con su pan se lo coman que es una pena, pero siempre es algo previsible cuando se trata de la consecución de un mayor bien común. Amb tumaca, o con chistorra, que ahí ya no entro.
Porque 40 millones de españolitos estamos hasta
las narices de que nos insulten impunemente. Y de que esto se esté considerando,
hasta ahora, como 'un daño colateral'… cuando al ser un daño general, los daños colaterales tendrían que transladarse a la otra parte.
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